Hay días en que la memoria le da por ir caminando con pasos lentos por los socavones del pasado. Cree ver los paisajes, respirar aquel aire sin contaminación; la mirada se posa en el revoletear de las las mariposas coloridas, los oídos se llenan de trinar de pájaros, azules, rojos, amarillos que se posan en las enramadas cercanas al hogar paterno. Las aguas de ríos y quebradas besan las orillas con sus aguas límpias con un rumor que adormece. Las campanas de la iglesia que retumban al aire con su llamado a un nuevo día para un trabajo honesto.
Los hombres dedicados a labores que los ennoblecen y dejaran en las conciencias de sus hijos caminos de virtud que enmarcan una vida de paz.
Mujeres que alimentan a sus retoños con dulzura y amor, con senos sin contagio de pecados de infidelidad, con arrullos tiernos que marcaran por siempre la existencia de la prole.
Depronto el ruido ensordecedor de un carro que pasa nos hace volver a la realidad y aquella imagen del pasado se golpea con el hoy y todo ese delirio se muere envuelto en una lágrima amarga mientras una voz nos dice: ¡Olvidate! Eso ya no puede ser...
Estación del ferrocarril de Antioquia hoy.
El mismo edeficio en el pasado...
Antiguo aeropurto de Medellín
Uno de los primeros carros de bomberos de la ciudad.
Los nuevos medios de transporte, éste es el Metro.
Este será en corto tiempo los nuevos tranvías...
...y esta belleza, es el tranvía del ayer.