MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 26 de abril de 2017

EL DÍA QUE CAMBIÓ


PASEANDO LOS AÑOS

La continuidad de lo que se llama progreso, hacía la existencia complicada; lo que antes era la fortaleza de la familia, había caído al último escalón. El consumismo llenaba de hambruna la mente, difícil ver el rostro del caminante, la cerviz inclinada distorsiona la figura. Los animales antes libres de ataduras, ya las vestimentas colocadas por la frustración de los amos, reprime el espacio en que disfrutaban, temen ser castigados por ensuciar el atuendo. Cada cual se refugió en sí mismo al estar convencido que el de al lado, lo utiliza para su conveniencia; la soledad iba ampliando su espacio.
La naturaleza se asfixiaba en la estrechez que dejaba la codicia que el hombre tituló URBANIZACIÓN. Estaba entronizada la legalización de la tala de árboles con la consecuencia de la muerte de la vida. Castillos modernos colgados de montañas áridas, con grupos elitistas a la espera de la tragedia. Los padres se liberaron tanto que fueron creando sus propios prostíbulos en lo que antes se llamaba hogar. Al comedor lo visitaban los espantos de los abuelos, era el lugar de encuentro del pasado ¡Hemos cambiado! ¡Estamos en la creación del despotismo! Era raro, mientras más avanzaba, todo retrocedía.  



miércoles, 19 de abril de 2017

CUANDO TODO CAMBIÓ


UN LUGAR DE RECUERDO

Se había quedado dormido ¿Cuánto tiempo? No tenía ni idea. Los ojos estaban pesados y envueltos en una nubecilla que hacía que la mirada se viera como empapada al posarla sobre la distancia. Alcanzó a ver que las cordilleras no eran los peladeros que dejaba la erosión ¡Sí, eran verdes! Bellos en todos sus matices. Caminó dando tientos hasta la orilla del río ¿Era que estaba dormido aún? Pero corrían sus aguas claras, pareciera primer plano de un espejo. Las riberas cual alameda que daba sombrío, cubría infinidad de especies de flores en florescencia. Era un cuento de hadas. No podía ser cierto.   
El aire tan fresco, enfriaba los pulmones igual que bálsamo divino, ni una partícula contaminante se adhería al espacio ¡Aún no lo podía creer! El temor de haber perdido la razón se acrecentaba. Al observar el respeto por los animales, le exteriorizaba que en parte estaba en lo innegable. La salud llegaba hasta allá en donde los indígenas ya no se morían de desnutrición. En el caminar tambaleante de asombro, no oteaba ni un solo habitante de calle, no era que todos fuesen autócratas, es que se ejecutó justicia. Se detuvo para pellizcarse, no sintió nada. Se dio cuenta con pesar que permanecía todavía dormido y estaba soñando.  



miércoles, 12 de abril de 2017

HARTAZGO


LA TORRE DE COPACABANA

Se deben de haber alineado los astros para llegar hasta en el instante en que estoy. No ha sido fácil, al ver pasar acontecimientos que enlutan esa despensa en que se han guardado la frescura de un tiempo ido, en que el silencio, era parte que las aves compartían en la cúspide de la arboleda, su alegría manifestada en trinos, se extendía por el valle encasquetado entre montañas. Día a día, el amarillo de la prensa, se pasa a rojo en que la violencia sangra entre titulares y columnas de un mundo convulsionado por la avaricia que siega las grandes esferas del poder. No solo es en el pináculo de los gobiernos, sino, en el diario acaecer en las laderas pobladas de necesidades, en que el llanto brota después de la explosión de una bala perdida.
Cada animal pierde el encanto, cuando otra categoría entra por las fronteras y el que era el descreste de vecinos, transeúntes y familiares, es lanzado a las calles para que aprenda a vivir del mendrugo olfateado en las canecas, estropeando el barniz de las uñas que aún queda del recuerdo de un tiempo mejor, cuando cambiaba de pañoleta a cada baño. Masoquismo se vuelve el mirar las noticias. Degradación, la falta de espanto ante el crimen, la orgía y abuso sexual de niños. Podredumbre, la inactividad ante la depravación que trae, la soledad de un cuarto en que un niño grita auxilio.   
 

miércoles, 5 de abril de 2017

LA MODA


CANSANCIO

Creo que desde que murió Indalecio gu’ en que se dio el primer paso sobre la tierra, se ha dicho, manifestado, proclamado, eso sí, no se sabe si con razón: “Qué lo que es moda no incomoda;”  por ratos se traga el versito otras, se entiende como una forma de buscar en la masa la aceptación al error cometido o que se piensa ejecutar o de volver la acción (como dicen ahora) “viral”, para pasar inadvertido y aquel que se aparte del conjuro es visto cual cavernícola, retrogrado, que al apartarse de la virulenta usanza, le puede acarrear agresiones, agregándole a esto, una muerte ante la ‘sociedad’ correligionaria de la nueva moda.
No se puede dejar de admirar algunas que se quedaron casi para siempre, tal es el caso de la minifalda. Resultó por allá en la calenda en que se estaba despegando a la etapa del onanismo, que no es otra que la pubertad ¿Qué era aquello? Las diosas de la creación se despojaron de la ingenuidad, empezaron a mostrar lo que guardaban sagradamente para después del himeneo; aquel destape fue causante de accidentes, traumatismo en la vida cuotidiana de las parejas, ojeras prolongadas en los mancebos, tropezones entre los transeúntes. Fue una apoteosis de piernas torneadas y corta tela. Por eso no se le ve gracias a la moda de salir del clóset.