MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 21 de febrero de 2018

POR FIN


AMISTAD SIN CONDICIONES

Había comenzado a amanecer y algo hacía que se sintiera un cambio hasta en despertar del sol, su luz era brillante, pero no quemaba como era el día anterior. El azul del cielo era suave, el aire pasaba tiernamente y llenaba los pulmones sin que produjera toz. Los pájaros volaban tan cerca y sin miedo, que se podían tocar con las manos. El señor que diario pasaba por frente a la casa con cara de odio, arrugado el ceño y masticando en sus labios, palabras de odio y rencor, lo había saludado sonriente. La claridad de una luz, embellecía los barrios de la ladera de las montañas; no se veían latas ni cartones; los niños estaban sentados a la mesa comiendo ricos manjares y sonaba la campana invitándolos a estudiar; los padres no sentían miedo ni de balas perdidas, de violadores o traficantes. Las niñas esperaban tranquilas la hora sublime para ser madres responsables. Las calles estaban arborizadas y la frescura llegaba hasta el alma. Era el cambio esperado, antes de partir. Nadie cobra por soñar.


miércoles, 14 de febrero de 2018

POR RESPETO


LUNA INMENSA

Dar inicio a cualquier actividad, es encontrar mil dificultades que atentan contra la paz interior; se lucha con monstruos mitológicos dormidos al amparo de nuestra voluntad y raciocinio. Cuando me involucré en escribir el pasado vivido en la pasividad de la antañona Copacabana, pensaba extraer de aquel conglomerado pacífico y señorial, los mejores momentos cuando la vitalidad brotaba en forma de lava volcánica por los poros. No quería pasar por alto, tantísimas vivencias disfrutadas por calles empedradas, por verdes campos, juegos sencillos e inocentes, conductores de felicidad y amistades perdurables en el recuerdo; pasar miradas retroactivas sobre los caserones de portones amplios, ventanas diseñadas para los enamorados, puertas “falsas” para que el ganado encontrara el descanso; entrar, para observar el equipaje de los ancestros, atados por las cuentas del rosario de la abuela, escuchar tras bambalinas, los consejos del patriarca pletóricos de sabiduría, que sin pretenderlo, arropaban el alma; buscar de manera sencilla, reactivar la historia, no permitiendo que el olvido se apropie con sus sombras de las añoranzas, remedio efectivo revitalizador para la carga de los años.

jueves, 8 de febrero de 2018

¿POR QUÉ?


ESQUINA DEL CABUYAL COPACABANA



Por la década del 60, empezó un cambio en las costumbres sencillas y normativas. Brincaron cómo de un sombrero de audaz mago; las damas que querían orinar paradas (la liberación femenina), cansadas tal vez del estilo antiguo; llegaron por montones, los derechos y se arrojaron a la cuneta de lo inservible a las normas. Los que más le han sacado provecho a la circunstancia son los niños y las niñas. ¿Estoy embarazada y…qué? El padre agacha la cabeza y mentalmente ve al nieto rodando de mano en mano. Es un niño, que aseguró su destino. Es el próximo delincuente que hará encerrar a los vecinos del barrio o les mostrará el camino que deben tomar a la orden de desalojo. ‘Hogares’ vacíos de amor y respeto, salieron también del sombrero. La familia, entró en estado de coma, su debilidad demuestra que empeora y la muerte espera a la convivencia.



sábado, 3 de febrero de 2018

ESTRAGOS DE LA VIOLENCIA


FIN DE UNA HISTORIA

Los campos se han ido quedando solos, en los arados no se ve el recatón, la chimenea no despide humo al cielo, la vaca no llega hasta la chambrana esperando el ordeño; la niña de trenzas y de mejillas rosadas se asoma con miedo a la ventana del tugurio y los abuelos están cansados de llorar. Los ojos no columbran desde la cima en que revolotean las águilas, la extensión del universo, el cruzar invisible del viento trayendo el aroma de flores silvestres; los turpiales no llegan a cantar en la platanera ejecutando melodías, cual barítono perdido en la montaña; las palomas no currucutean en el alar de bahareque emigraron a la cordillera del frente, el viejo tiple instrumento melodioso llamador de enamoramientos, en noches tachonadas de luceros, ha empezado arreglar los corotos para abandonar el habitad. El olor de suculento sancocho de gallina cocotera que expedía la cocina negra de humo de leña, lo tapó la pestilencia de la pólvora brotada de los fusiles, que ordenaban abandono de la querencia. Se desperdigaron los ancestros, cayó de rodillas la honestidad, se fue de bruces la fidelidad volviendo añicos la virginidad y las trenzas adornadas de flores las trozó el ambiente de ciudad. Los arados en que el sudor caía para ser simiente virtuosa del nacimiento de las hortalizas, queda maniatada ante la voracidad de la maleza. El recuerdo cansado de intimidación, se sienta a la vera del camino, a ver pasar las mulas cargadas de esperanzas muertas, a mirar la rueda del trapiche inmóvil y sin la dulzura de antaño; trocha abajo un hilo rojo recorre los socavones…