MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

RECORRIENDO EL PASADO.

Nina Vélez 1930.

"El corazón de todos los inviernos vive en una primavera palpitante, y detrás de cada noche, vive una aurora sonriente". (Khalil Gibran)

Puede ser una manía genética o sólo algo inherente con los años, eso de estar haciendo viajes constantemente por el pasado; pero sea lo que fuere, es algo que llena el alma de contento y, algo más, es agradecerle al ayer, todo aquello que nos hizo ser feliz; es cómo desligarnos del mal generacional de la ingratitud. No se puede desechar por ningún motivo, las horas vividas en compañía de los padres, cuando el hogar, aún estaba unido por la vida y la paz de la morada, donde se calentaban los sentimientos al arrullo del ejemplo. Sacar del recuerdo a los institutores, la vieja escuela de tapias, los recreos, las animadas caminadas en estricta formación hasta la cancha de fútbol de La Pedrera, lugar, en que nos desinhibíamos y más de una pilatuna se cometía; cómo aquella, de pegarle en las canillas de los compañeros con ramitas de pringamoza o aquella sorpresa de ver a don Alfonso, maestro de segundo, levantando la tapa del pupitre, para tomarse tragos de aguardiente en plena clase. No se puede omitir el dolor de ver el primer muerto y que éste haya sido un compañerito de la escuela, electrocutado durante un desfile del 20 de julio, cuando tan animado llevaba su antorcha. De la misma manera, quedó para siempre la usurpación de unos cuadros, que nuestra madre amaba y que la maestra de primero, nos pidió para adornar el salón y que jamás regresaron al lugar de origen. 
Máquina de cocer antigua.

Se viene así, sin cronología, los pensamientos más dispares guardados anacrónicamente en la evocación del corazón. En las vieja y derruida capilla de San Francisco, quedó revoloteando aquel primoroso instante, en que a escondidas, se galanteaba a la bella niña de trenzas, adornadas de pequeñas flores y el momento que de sus manos se recibió un pañuelo perfumado -hecho premeditado-, que duró mucho tiempo guardado en el bolsillo de atrás del pantalón y que todas las noches a escondidas, se le depositaba un beso. No se puede pasar el borrador del olvido, el tiempo de las navidades, cuando con la dirección de Margarita Quintero (hermosa voz), subíamos en tiempos de la novena del Niño Dios, al coro de la iglesia y con unos pajaritos de polietileno llenos de agua, acompañábamos el canto de los villancicos; nos sentíamos tan importantes que mirábamos de soslayo a los demás niños, además, estábamos seguros, qué el Divino Redentor, por nuestra 'devoción', nos colmaría de traídos y que no cabrían debajo de la almohada. ¡Bendito ayer! 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

PRIMER VIAJE A LA LUNA.

La noche ha llegado.

"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota" (Madre Teresa de Calcuta).

Aquel día 16 de julio de 1969, el mundo estaba a la expectativa. La luna siempre fue mirada, como símbolo de romanticismo por los poetas y más si estaba estrellada la noche. En el parnaso se encuentran diseminadas, Bellas poesías que hablan de amor entre el hombre y la mujer bajo la tenue luz del satélite natural de la tierra. Besos apasionados, caricias llameantes de sexualidad, las ha hecho despertar una luna llena, que se apodera de espacio dejado a la partida del sol. Era para la humanidad, una niña mimada que ha llegado a ser emblema del cariño, la ternura y la paz. Era, se dice, porque después de aquel año, la cara mimada del astro, fue perdiendo en la poesía el preponderante lugar en los versos, la rima y los bardos. Se miraba, al igual que a una joven bella aún no violada, que conserva dignamente la castidad, que era, la 'pandemia' de tiempos pasados; hoy, mirada como estigma y ridiculez.




Flores sobre la poesía.

En las ciudades, los televisores y radios estaban encendidos; en las lejanas aldeas y los campos, nada sabían del acontecimiento. En las salas de los hogares las familias se reunían llenos de incredulidad. Nada podía ser cierto. Seguro era un engaño o la reproducción de una película de fantasía, creada por el hombre para atrapar bobos. Cuando menos se pensó, el Apolo 11, fue impulsado por el cohete Saturno V, desde su plataforma a la 10:32 minutos. Subía y subía hasta llegar al lugar predeterminado, que no era otro, que a la placidez noctámbula de los poetas y los amantes. El astro de los enamorados alcanzó a ver un hombre que sin permiso y a la fuerza, venía a violarla. Neil A. Armstrong, como buen humano, sólo buscaba su triunfo personal; no le importó que con sus pies, destrozara su virginidad de Venus y desflorarla, sacándola del parnaso y de las miradas contemplativas de los apasionados, que vieron caer desde el espacio una gota purpurina.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

DESEMPOLVANDO RECUERDOS.

Foto de recuerdos de juventud.

"Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde." (Sir Francis Bacon)

No es peso, el paso de los años, cuando se han disfrutado a cada momento con alegría y, sin odios o rencores que maltratan, al pasar las hojas del calendario. Horrible es encunetarse en un rincón a morder frustraciones que asesinan el alma y destrozan la convivencia. Crueldad es adelantar la decrepitud, con el fin de ganar 'amores', basados en lástima de quienes nos rodean, para usufructuar prebendas; es todo lo contrario del que lucha con dignidad y ama la etapa de su vejez; del que recoge durante horas y días por el camino de la vida, la tan nombrada experiencia, esa misma, que va entregando con amor, a quienes son su prolongación o a cualquiera que se arrime a su lado, en busca de una insinuación, ya que los consejos los dan los sabios. El que ha vivido su caminar, alejado de la envidia, la intriga, odio y la pasión desmedida al dinero, encuentra belleza en la cúspide otoñal, al mirar una foto en que aparece disfrutando de fuerza vital; ríe de los cambios urbanísticos, la transformación personal de los amigos, en especial, a aquella niña hermosa, que en los albores de la juventud le llenaba de romantícismo el corazón y que hoy, se encuentra rodeada de nietos ya no, con incitante negra cabellera, sí, con la blancura de la dignidad. 


Los pasos que no retornaron.

Recordar en los momentos de ocio, alejado de trivial melancolía, es revivir el pasado con amor; fortaleciéndolo y haciendo que éste, alimente el presente, creando un mundo de satisfacción, para recrearse al ver que los que te rodean, están felices de tener un patriarca acomodado muellemente en la silla del recuerdo. Es infinitamente acogedor, mirar retratos amarillados de eras pasadas, en que sonrientes están los padres posando para una 'máquina de retratar' y que se guardan delicadamente en el álbum de la memoria. Por eso y tantas cosas más, es que es bueno rebujar en escaparates tan antañones como uno, a la espera de encontrar cartas apolilladas cruzadas entre el ayer y el hoy; fotos que divagan enjaezadas sobre la cabalgadura del recuerdo, sin el temor de que pronto se apearán al llegar al final del recorrido de la existencia. No se debe temer a la llegada de los años, son tan bellos o más, que una juventud alocada.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

LOS LORITOS DE LA SUERTE.

Masa y máquina de moler.

"Lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece" (Eurípides de Salamina).

El domingo, día de mercado en la mayoría de los pueblos, es ver la plaza principal llena de parroquianos. Bajan de las montañas en grupos familiares, campesinos con bultos al hombro o en las enjalmas de las bestias, para vender sus cosechas, ya sea debajo de un frondoso árbol o, al amparo de la sombra del alero de casa con ventanas 'arrodilladas'.

La gente pueblerina se arremolina junto a los toldos en busca de carne: pierna, muchacho, 'entreverada', gorda, hueso de 'caimán', 'calambombo', posta y de otras tantas, tasajeadas del cuerpo de hermoso novillo o de marrano bajero. pero a los muchachos, que les iba a importar esas bobadas. Ellos, tenían la mirada puesta en el árbol de algarrobo, en que paraban los buses de escalera. Con dificultad hacían su arribo, desde la ciudad capital; vendedores de novenas, Cristo doloridos, mil imágenes de la Virgen, camándulas, piedras de candela; venía de igual forma, el vendedor de 'suspiros', solteritas, paletas de variados sabores y los conos de barquillos. Los fogoneros, ayudaban a bajar la parafernalia, de los juegos de azar ('tumbis') de los logreros para dejar sin centavo a los ambiciosos.
caneca para transportar leche.

Sonaba la sirena del Fargo al hacer la entrada. Sí. Allí llegaba el viejito de sombrero, con la caja llena de papelitos en que estaba la suerte; el lorito, que con el pico extraía la boleta en que se encontraban los buenos augurios y todo por módica suma. El anciano se perdía dentro del círculo de seguidores; uno por aquí, otro, más allá; la pequeña ave, no daba abasto y el regalador de suerte, llevaba agradecido hasta su boca al animal para darle un beso, por ser él, la fuente de entrada para sostener la pesada carga familiar.