MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

LA FALTA DE FAMILIA


AMIGOS SECRETOS DE LA INFANCIA DE MI NIETO.

Desde el Homo Sapiens, que era una especie de primate de la familia de los Homínidos, la fortaleza de los grupos se debe a la unión de personas emparentadas entre sí, que hacen de ese núcleo, una fortificación contra el bien y el mal. El dolor es de todos y las alegrías las reparten equitativamente. “conjunto de personas que tienen alguna condición, opinión o tendencia común”, como lo manifiesta el diccionario, es la manera sublime en que un conglomerado se enfrenta contra las adversidades y sale avante. Sin esa férrea coalición, el destino tiende al fracaso y el caos.
Nuestra cultura en el pasado, hacía gala de ese fortín hogareño, con una cabeza pensante y de abolengo, que derramaba ejemplos de honestidad y respeto sobre la descendencia, antes de conocer la riqueza u otras minucias de la ambición humana. La urbanidad, era entronizada en las mentes de cada vástago naciente a la par del seno materno, para que la huella fuera imborrable en el transcurrir del tiempo; como des fortuna de la no convivencia en paz, fueron apareciendo factores negativos que dieron al traste con la armonía de la estirpe: el feminismo incorrecto y mal entendido, introdujo rebeldía, alejamiento de las normas de sana convivencia en el hogar, con la consecuencia de hijos al garete, yendo a la deriva sin ninguna dirección. La soledad de una alcoba y la falta de ternura, le dio paso a mentes delictivas, egoístas y frustradas que buscaron en los Laptop, Ipad, Tablet, MP3, Notebooky, Smartphone, el refugio de unos tentáculos embrutecedores y posesivos, ensombrecedores, cual nubarrones que no permiten ver el horizonte y sí, el infierno dantesco del final apocalíptico.
Aparecieron corrientes de libres pensadores, con atiborramiento de normas que sobrepasaron los derechos, manera de asesinar el respeto y la convivencia en cada ley emanada; los conflictos tomaron tenencia en las personalidades endebles y cada uno da su propia interpretación y la convierte en derecho.
No es verdad que el tiempo pasado haya sido mejor, ni que el presente es un absurdo, pero sí de ambos, encontráramos la forma de unir los lazos que atan las maravillas de la armonía de los seres, el futuro se podría observar resplandeciente y los niños dejarían ver de nuevo una sonrisa plácida y sin amargura en el porvenir.

Alberto.


miércoles, 19 de diciembre de 2018

DESALOJO


LA MEDIA NARANJA

Cuando la cigüeña revolotea por encima de los tejados, es porque se vino otro barrigón a no dejar dormir, a sacarlo a uno del puesto que ha ocupado en la cama, desde que el cura le dijo: ahí te la entrego, chupe por bobo. En resumidas mis queridos, se pasa de señor de la casa, a ser un simple segundón. Uno comienza a querer al “intruso” al momento de sonar la última campanada del reloj, de reojo miras y son las 3 de la mañana, frío aterrador, comienzas a dar vueltas por la habitación, cantas semidormido y mientes cuando dices: ¡tal lindo el niño! Se juntan en ese instante diferentes sentimientos, el amor, la compasión, la ira y el deseo de volar y que nunca vuelvan a saber de uno, más, todo pasa, cuando el ‘caguetas’ se sonríe. 
Todo ese abrebocas, para corroborar que es muy poco lo que cambian los niños. Llegan inocentes cómo un suspiro de San Luis Gonzaga y con unas ganas colosales de conocer esta bobadita de despeñadero, lleno de zarzas entre las que se encuentra “la pringamoza”, que hace herida de tanto rascarse. Ese desconocimiento, hace que cada amanecer, se salga a una aventura, unas sencillas y chistosas, otras, cerquita del abismo insondable del derrumbe de la existencia. El niño, siempre será un pequeño expedicionario ávido de descifrar los recovecos de la vida, que se hace feroz cuando al lado en el éxodo, no se encuentra el flotador extendido por la mano de padres amigos, ya con largos años de conocimiento que atentos avisen de los peligros que existen a la vuelta del camino. Los niños son los mismos de ayer y hoy. Los que extraviaron el sendero han sido los padres.   

 Alberto.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS


ERA ALLÁ...

Cuando la cigüeña revolotea por encima de los tejados, es porque se vino otro barrigón a no dejar dormir, a sacarlo a uno del puesto que ha ocupado en la cama, desde que el cura le dijo: ahí te la entrego, chupe por bobo. En resumidas mis queridos, se pasa de señor de la casa, a ser un simple segundón. Uno comienza a querer al “intruso” al momento de sonar la última campanada del reloj, de reojo miras y son las 3 de la mañana, frío aterrador, comienzas a dar vueltas por la habitación, cantas semidormido y mientes cuando dices: ¡tal lindo el niño! Se juntan en ese instante diferentes sentimientos, el amor, la compasión, la ira y el deseo de volar y que nunca vuelvan a saber de uno, más, todo pasa, cuando el ‘caguetas’ se sonríe. 
Todo ese abrebocas, para corroborar que es muy poco lo que cambian los niños. Llegan inocentes cómo un suspiro de San Luis Gonzaga y con unas ganas colosales de conocer esta bobadita de despeñadero, lleno de zarzas entre las que se encuentra “la pringamoza”, que hace herida de tanto rascarse. Ese desconocimiento, hace que cada amanecer, se salga a una aventura, unas sencillas y chistosas, otras, cerquita del abismo insondable del derrumbe de la existencia. El niño, siempre será un pequeño expedicionario ávido de descifrar los recovecos de la vida, que se hace feroz cuando al lado en el éxodo, no se encuentra el flotador extendido por la mano de padres amigos, ya con largos años de conocimiento que atentos avisen de los peligros que existen a la vuelta del camino. Los niños son los mismos de ayer y hoy. Los que extraviaron el sendero han sido los padres.   

 Alberto.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

LA LLAMA OLÍMPICA


EN FAMILIA

Ella es vieja, data de tiempos más allá de la edad de hielo, la traída de la Llama Olímpica, al pueblo que se quedó engarzado en el corazón. La inquieta memoria, le da sin permiso, irse a vagamundear por cuanto recodo, le dio a uno por meterse en aquella juventud tan ‘paticontenta’. El pueblo desde temprano el 20 de julio, se ponía a revoletear cómo cualquier abeja que se respete; por las ventanas arrodilladas, estaba colocada la bandera, algunas llenas de fragancia y colorido, no faltaba cualquiera puesta al revés y con unos colores que pareciera que era la pobre de otro país, pero hervía el amor patrio. Se recuerda con nostalgia a su más ferviente participante: Iván Córdoba, cívico, soñador y amigo, que aún la porta, por allá en las altura.
Si me equivoco en fecha, para que voy a pedir perdón; por allá en…1958, nos alejamos del Sitio, fuimos a dar a los dominios de don Tomás Carrasquilla. Se partió trepados en el capacete de un carro de escalera de la flota La Esmeralda acompañados de deportistas, concejales y uno que otro pegado; se llevaba con cierto orgullo la antorcha ahumada del pasado año, mientras en la parte de abajo, se escuchaba cánticos de moda y una que otra grosería, era el ambiente natural de una pléyade de cofrades de la hidalguía en busca de la paz. Palabras de despedida del alcalde anfitrión, en que se usaron párrafos de cuentos de don Tomás, en que sobresalió Peralta y la humildad de su espíritu. Cerca del pueblo una familia de campesinos que venía a vender sus productos, que no conocían aquello del Fuego Olímpico, se arrodillaron llenos de devoción, cuando alguien grito: “Todos al suelo. ¡De rodillas! ¡Hincarse pidiendo perdón!  Se perdieron a la vuelta, no se volvieron a ver. La risa sigue resonando por el túnel del recuerdo.  


Alberto.