MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

DESALOJO


LA MEDIA NARANJA

Cuando la cigüeña revolotea por encima de los tejados, es porque se vino otro barrigón a no dejar dormir, a sacarlo a uno del puesto que ha ocupado en la cama, desde que el cura le dijo: ahí te la entrego, chupe por bobo. En resumidas mis queridos, se pasa de señor de la casa, a ser un simple segundón. Uno comienza a querer al “intruso” al momento de sonar la última campanada del reloj, de reojo miras y son las 3 de la mañana, frío aterrador, comienzas a dar vueltas por la habitación, cantas semidormido y mientes cuando dices: ¡tal lindo el niño! Se juntan en ese instante diferentes sentimientos, el amor, la compasión, la ira y el deseo de volar y que nunca vuelvan a saber de uno, más, todo pasa, cuando el ‘caguetas’ se sonríe. 
Todo ese abrebocas, para corroborar que es muy poco lo que cambian los niños. Llegan inocentes cómo un suspiro de San Luis Gonzaga y con unas ganas colosales de conocer esta bobadita de despeñadero, lleno de zarzas entre las que se encuentra “la pringamoza”, que hace herida de tanto rascarse. Ese desconocimiento, hace que cada amanecer, se salga a una aventura, unas sencillas y chistosas, otras, cerquita del abismo insondable del derrumbe de la existencia. El niño, siempre será un pequeño expedicionario ávido de descifrar los recovecos de la vida, que se hace feroz cuando al lado en el éxodo, no se encuentra el flotador extendido por la mano de padres amigos, ya con largos años de conocimiento que atentos avisen de los peligros que existen a la vuelta del camino. Los niños son los mismos de ayer y hoy. Los que extraviaron el sendero han sido los padres.   

 Alberto.

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