MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

viernes, 24 de julio de 2009

DE TODO UN POCO.

En el transcurso de la vida son muchos los acontecimientos que nos pasan. No enamoramos en el tiempo de la juventud y creemos que ese será nuestro primer amor y para siempre. Vaya locura.


Nuestra raza es un compendio de valor, trabajo y amor a la familia. Un antioqueño de pura sepa se recorre el mundo con su carriel y su labia, pero no deja de amar jamás a su tierra.

El mundo se enloquece con nuestro comportamiento indigno, es así cómo hemos acabado con lo hermoso del universo, es una lástima y la primera palada para su final.

martes, 21 de julio de 2009

CENIZAS.

Si la belleza es impèrfecta, la fealdad es la hermosura inconclusa.
Te elevaste a las alturas. (Descenderás.)
Recorrerás el valle verde
montado en una hoja desprendida
serpenteando en el río.
Fue tú última voluntad.
No quisiste morir
ni ser comida del gusano vil.
Quedarás viviendo en los ancestros
entre flores; te cubrirás de musgos
en las noches frías
y con luz de libélulas
leerás a Carrasquilla.
Cabalgarás por los aires
en compañía de Córdoba,
harán batallas armados de siete cueros
escudados en lápidas de linaje
y...cuándo preguntemos por ti,
¡ nos responderá el silencio !.
Dedicado después de la muerte de un hermano.

viernes, 10 de julio de 2009

¿CÓMO RECUERDO AQUEL DÍA?

En el Sitio de la Tasajera, como se llamaba Copacabana en sus tiempos remotos, era de magnitud las festividades de la Semana Santa. Pero había un día especial para los niños. Era el del jueves Santo cuando se hace el lavatorio de los pies. Jesús, para mostrar humildad a los apóstoles, lava y besa los pies a cada uno de ellos. En el pueblo se recordaba este pasaje, escogiendo a doce niños de la escuela para que representaran a los doce seguidores de Divino Maestro.
El rector de la escuela que era Don Jesús Molina visitaba los salones en busca de quienes para él, eran aptos para representar la institución en la festividad y los niños, a la espectativa, al verlo entrar por la puerta, con
sus gafas medio caídas, tiza en la mano y aquel peinado partido a la mitad de un cabello cano. El corazón se nos quería salir de la emoción a la espera del veredicto. Dos semanas antes se hacía la escogencia. Y tomé. Salí ganador. Cuando terminó la jornada de la mañana corrí como un antílope hasta mi casa a contarle a mi madre y ella como yo nos sentíamos orgullosos, pero lo que más deseaba de todo aquello, era que después de lavarnos los pies el padre, nos montaban en una anda, en la que recorríamos las principales calles a la vista de los mayores y a la envidia de la chiquillería que nos seguía paso a paso; al llegar a la iglesia nos esperaba otra sorpresa. El Señor cura, en compañía de las mojitas y


el sacristán nos tenían como regalo, una hermosa y provocativa ancheta de frutas frescas traída por los campesinos, escogidas para la ocasión.
Hoy después de tanto tiempo, recuerdo aquel instante con la misma alegría que sentí de niño, sólo me faltan mis padres para completar el cuadro, que permanece vivo en el recuerdo de las cosas gratas que nos brinda la existencia y que nos ayuda a recrear dignamente el paso de los años.
La segunda foto es la de mi padre. Un patriarca...

jueves, 2 de julio de 2009

LA LOCURA DE "CHEPO".

Hay algo peor que estar loco. Es estar... cuerdo y vivir la realidad.

En el siglo pasado cuando la juventud me acompañaba sucedió algo que aun recuerdo. Cerca del pueblo a una cuatro cuadras está el cementerio. Para aquel entonces, al iniciar el camino al Campo Santo, había una pequeña casa en dónde habitaban José Rivera y su anciana madre. A José, todos por cariño llamaban Chepo. Él se ganaba el dinero para la manutención, como fogonero o ayudante de los carros de escalera. Colaboraba a los pasajeros en lo tocante en subir a la parte de encima de vehículo la carga, cobraba el pasaje, pasando de banca en banca como un mico y diciendo: "oiga usted, el del rincón, no se haga el bobo", cuando la persona estaba distraída mirando el paisaje. Era de carácter alegre, andaba descalzo, pantalón de dril untados de grasa, pues cuando le tocaba arreglos en el carro, se metía debajo para alguna reparación.
Chepo, pasó un buen día a hacer de carácter huraño, no sonreía; se le veía por las noches subiendo al cementerio, del que bajaba tarde de la noche y al día siguiente más tarde y así continuaba alargando el tiempo de estadía en el camposanto.
En los primeros minutos de la alborada de un día cualquiera, un trabajador que bajaba del morro del cementerio a laborar, encontró a nuestro hombre enganchado en la raíz de un árbol, manos y piernas quebradas, lo mismo que varias costillas. Todos se preguntaban que había podido pasar. Chepo en el hospital terminó con la incógnita. Quería ser brujo, volar por todo el pueblo por las noches para ver sus luces desde arriba, mirar la casa de las mujeres bonitas y adentrase en sus sueños, dominar a sus enemigos, (que no eran pocos), conseguir comida para él y su madre sin esfuerzo. Pero lo malo es que Chepo no se levantó de aquel golpe y la brujería lo llevó a engrosar la lista de lápidas de personajes que nadie vuelve a recordar.

DUDA.



La humanidad se aroma de perfume para olvidar en algo el mal olor de la conciencia.
Nos sentimos insatisfechos por no ver físicamente a DIOS, pero, sí mirásemos la naturaleza, sí la contemplásemos; lo veríamos en las notas tiernas del pajarillo, en el cromos palpitante de las mariposas, en el volar artístico del ave, en el verde paz de la selva, en la claridad refrescante del agua. Lo podríamos admirar en el regazo tibio de la madre, en el lucero parpadeante de luz, en el lago dormido al arrullo de los peces, en la ternura de un abuelo, en el abrir a la vida de una flor.
Si quisiéramos escucharlo, bastaría con pararnos frente al mar ó adentrarnos en la selva y sí aguzáramos el oído, oiremos nuestro nombre traído por la tierna brisa matinal y escucharemos algo más: Un te amo, te estoy esperando.
No digas que no has visto a DIOS, lo que sucede es que andas con los ojos cerrados y cuando los abres es para no observar. ¡DETENTE! Míralo está enfrente de ti.