MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 13 de octubre de 2010

TODO SE QUEDÓ AQUÍ...


Foto de Internet
La calle más visitada en aquellos tiempos lo era la del comercio, seguro su nombre se debe a que allí estaba la mayoría de los almacenes, como aquellos de los señores Hernández, don José Zapata, los Correas y el más hermoso y bien surtido que quedaba llegando a cuatro esquinas, atendido por las personas más gentiles que en mi vida he conocido. Tres hermanas que a cual de todas tenía mejor genio para atender el público; no conocían la pereza para bajar de la estantería cualquier producto. El almacén del "Niño", era toda una casa de juguetes: carritos de madera y de lata, loterías, bolas, parqués, domino, estrella china, pelotas, trompos, máscaras, cuadernos y todo lo que un niño podía pedir; esa afición por lo que tuviera que ver con la niñez es rara en personas que no se hicieron leer la epístola de San Juan, señoritas que, no eran feas y más bien de buen tipo, que a cualquiera de los hombres habrían hecho feliz.

Foto de Internet
En las cantinas del marco de la plaza, en la Pedrera, cuatro esquinas o en la de "Tito", hacía su aparición con su caja de embolar, bailando y silbando: "Pajarillo". A todo el mundo saludaba, ofrecía sus servicios y sí no era aceptado, entonces pedía una moneda para comer y bailaba al son de la música que en ese momento sonara en el piano -rocola-, para pagar la dádiva que había recibido. Vaya que era bueno al bailar, lo hacía con gracia y donaire. Creo que su sobrenombre se debiera a un disco que fue de moda: "Pajarillo, pajarillo, que vuelas por el mundo entero, llévale ésta carta a mi adorada y díle que por ella muero". Este hombre de cara redonda y brillante, fue siempre el que más gustó de los circos, él ayudaba al montaje, a la limpieza interior y al desmonte y carga cuándo se marchaban; en uno de esos ajetreos, "Pajarillo", el sonriente y misterioso personaje, desapareció para siempre del poblado y con él, nuestras miradas los días domingo en que desfilaba de cantina en cantina con sus bailes tropicales que nos gustaban tanto.

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