Don Alberto Giraldo administrador de RADIO COPACABANA
En otra parte de éstas crónicas hacíamos mención de la radiodifusión que en el año de 1959 hizo su aparición en Copacabana en el área urbana, pero, es que ahí no queda el asunto. Para mí es una cosa hermosa, para otros, fue un desafuero. La verdad del asunto, es que un hombre campesino puro y analfabeto, al escuchar la emisora de su pueblo, sintió la necesidad de qué su vereda fuera conocida y hacer algo por el beneficio de sus habitantes. Se ideó una pequeña emisora y en un periquete (tiempo muy breve) estaba saliendo al aire. La llamó RADIO PEÑOLCITO y se dedicó a pasar dedicatorias musicales para las parejas de enamorados que por aquellos contornos se querían hacer leer la epístola de San Juan. Cuando no estaba bien centrada, se desparramaba y en ocasiones tapaba a RADIO COPACABANA, don Alberto Giraldo se quería morir de la rabia y decía que la iba a ser cerrar, lo que jamás hizo, seguramente en su interior sentía admiración por don Casimiro Tobón dueño de la emisora campesina.
En otra parte de éstas crónicas hacíamos mención de la radiodifusión que en el año de 1959 hizo su aparición en Copacabana en el área urbana, pero, es que ahí no queda el asunto. Para mí es una cosa hermosa, para otros, fue un desafuero. La verdad del asunto, es que un hombre campesino puro y analfabeto, al escuchar la emisora de su pueblo, sintió la necesidad de qué su vereda fuera conocida y hacer algo por el beneficio de sus habitantes. Se ideó una pequeña emisora y en un periquete (tiempo muy breve) estaba saliendo al aire. La llamó RADIO PEÑOLCITO y se dedicó a pasar dedicatorias musicales para las parejas de enamorados que por aquellos contornos se querían hacer leer la epístola de San Juan. Cuando no estaba bien centrada, se desparramaba y en ocasiones tapaba a RADIO COPACABANA, don Alberto Giraldo se quería morir de la rabia y decía que la iba a ser cerrar, lo que jamás hizo, seguramente en su interior sentía admiración por don Casimiro Tobón dueño de la emisora campesina.
Campesinos de Copacabana.
A éste señor lo veíamos de vez en cuando curioseando por la emisora del Sitio, con el fin de conocer los estudios o la forma cómo se trabajaba; siempre descalzo, de carriel, ruana y sombrero, pero de gran inteligencia, pues no es de una persona bruta meterse en estos asuntos y lo que es más, hacerse a un dinero, puesto que cobraba por las dedicatorias, que no eran pocas, sobre todo los días domingos cuando los campesinos estaban en asueto de sus trabajos en el cultivo de la tierra. Las dos emisoras continuaron mucho tiempo en el aire, entre tiras y afloje por lo antes mencionado, pero don Casimiro, se salió con las suyas ya que para éste tiempo sigue funcionando, ahora como PEÑOLCITO ESTEREO y RADIO COPACABANA desapareció por los malos manejos y por la maldad de algunas personas pancistas ( que no tienen ideales y procura estar bien con los que mandan) que lleno de soberbia, derribó lo que antes construyó. Don Casimiro no contento con su obra maestra, se dedicó a hacer docencia en sus propios hijos y familiares, dándoles enseñanzas en perifoneo, técnica en radio, construcción de equipos y hoy sólo ellos, son los que mantienen en el aire su casa radial
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