NATURALEZA HERMOSA
En el
campo se aprende la música a puro oído mi don. Oyendo a los taitas y a esos
tíos que venían “prendidos” del pueblo los domingos, aprendimos a “surrunguiar”
los instrumentos que para entonces allá en el ‘jilo’, era por puro placer. Ya
no. Ahora se hace para ganarse la vida.
Cuando
no sé a qué diablo de le metió sacarnos de la parcelita, nos vinimos para la
‘ciuda’ pa’ esos morros a vivir todos arrejuntaos en esos ranchos de lata.
‘Naides’ nos daba trabajo; pasamos hambre como ratón de iglesia, pero como
antioqueño no se vara, le echamos mano al tiplecito y la guitarrita, les
compramos cuerdas nuevas y dele a subirnos a los buses; le cuento que nos
veíamos matados con las frenadas y las curvas que daba el chofer, pero con las
moneditas que nos daban las gentes de buen corazón, algunas cosas de comer
llevábamos al rancho en que nos esperaban los viejos con lágrimas en los ojos.
Los
borrachos, son muy buenos a la hora de dar. Eso hizo que nos dedicáramos a
entrar a cuanta cantina había en este Medellín, lo malo era la ‘trasnochadera’
que nos fue poniendo pálidos como papel, pero, ahí, si llegábamos con dinero
para la librita de ‘ñerbo’, que mi mama cortándose los dedos hacía rendir. La
vida es dura mi don.
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