Foto de Internet
He venido cabalgando hace ya mucho tiempo en mi caballo alazán; he empezado a verle fatiga. Lo comprendo y con mis manos suavemente le acaricio la crin que toma la dirección del viento cuando galopa. Me agacho hasta sus orejas y le susurro palabras tiernas para darle ánimo y le digo:
Foto Gonzálo Obes.
aun nos falta para llegar al destino. Cómo sí entendiera, su cuerpo se ensancha y las fibras de los músculos bellamente delineados en la anatomía, toman vida y se lanza conmigo a recorrer caminos llenos de bellos paisajes enmarcados por sol, luna, estrellas y ríos que atravesamos como alma que lleva el diablo; nos quisiéramos detener por instantes para mirar atrás, pero no podemos, dejamos lo recorrido para el recuerdo. Ahora sólo nos queda adentrarnos en lo desconocido aunque ya imaginado.Nunca le he puesto nombre porque creo equivocarme al darle una denominación, lo guío con mi amor y de vez en cuando con un apretamiento de mis piernas en las ijadas que él acepta con resignación lo que me comunica con un relincho. De cuando en vez nos detenemos a escuchar aves canoras, el correr de las aguas incrustadas en los causes enmarcados de riveras llenas de vegetación con frondosos árboles que refrescan al caminante, que como nosotros, vamos al final de nuestro destino. Ese destino que está marcado desde la llegada cuando se nos da la palmada para que los pulmones se ensanchen al primer instante de vida. Vida, que hacemos venturosa con procederes limpios acunados de honestidad, bondad y alejados de orgullo y vanidad. Tronchamos el descanso que de mucho nos ha servido y empredemos de nuevo el sendero. Todo el tiempo que nos ha tomado llegar hasta éste punto y, nos parece que fue ayer. El tiempo pasa como una exhalación y los años juveniles en que no pensábamos que los cabellos se tornaban grises, las fuerzas se desminuyeran, la salud se empobrecería y las ilusiones se limitaran al afán de la existencia del día. Jamás imaginamos que algo así sucedería. Ese tiempo se perdió y ya no hay regreso. Mi caballo me mira con mirada tierna y comprensiva, ¿acaso él entiende lo qué ni yo mismo comprendí? le estampo un beso en la frente y le digo quedamente: ¡sólo tú me puedes comprender!
Hemos atravesado llanuras, bosque, alamedas, montes empinados, selvas y desiertos en nuestro largo recorrido, que con ayuda divina, se ha hecho de alguna manera franqueable sin dejar de ver que ha sido de lucha cruenta, pero, vencer y llegar hasta aquí, es el mayor triunfo. Lo que falta es poco, así lo entiende también mi jamelgo que disminuye su ímpetu y el resto del sendero lo hacemos al trote.
Orale Don Alberto, esta vez me dejó con la boca abierta, y me encantó, por que en momentos pense que se refería a una pareja... Ese idilio me gustó mucho, y de hecho si usted me lo permite... que yo se que sí... me tomare unas cuantas palabras para mí: "aun nos falta para llegar al destino."[...]"se lanza conmigo a recorrer caminos llenos de bellos paisajes enmarcados por sol, luna, estrellas y ríos que atravesamos como alma que lleva el diablo; nos quisiéramos detener por instantes para mirar atrás, pero no podemos, dejamos lo recorrido para el recuerdo. Ahora sólo nos queda adentrarnos en lo desconocido aunque ya imaginado."... EXCELSO!
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