Foto: AMV.
"Lo que se bota y después se recoge, es basura". AMV.
"Lo que se bota y después se recoge, es basura". AMV.
Los hijos engendrados en el hogar se han vuelto con el correr de las años en unos hombres o mujeres, que se enamoraron cómo nosotros y de la misma forma partieron, dejando la dehesa paterna para formar "rancho aparte", es el momento en que próximamente se llega a ser abuelos.
Foto: AMV.
Alguien decía: "Nieto, un hijo que ni se le alimenta, ni se castiga, se le mima"; de ese modo de pensar es que nace la inevitable mala crianza en los niños y sobretodo en la actualidad. Nace la criatura, los padres por sus empleos no pueden estar pendientes ¿qué hacer? ¡ Qué los cuiden los abuelos! Es el veredicto unánime. Los abuelos aceptan y se hacen responsables de ir moldeando al infante al que aman más que a sus hijos en quien agregan un sentimiento de tristeza, ¿qué pasará con él, en una vida tan horrible?, cada beso lleva una lágrima. No se puede castigar y que nadie lo haga en su presencia, se fotifican en un búnker de celos mal sanos y egoísta. Está viejos, enfermos, tan cansados de una larga vida, pero hacen esfuerzos sobre humanos para no darlo a entender, pues sí lo supieran serían castigados alejándolos de ese nieto que es la prolongación de su sangre.
Cada acto de vida tiene sus consecuencias. Los hijos que ellos criaron, que les dejaron los cabellos canos, se irresponsabilisan de tal forma que les entregan todas las actividades inherentes para que ellos las cubran. Los nietos se levantan acumulando egoísmos, caprichos e intolerancia que llegará a hacer en el porvenir desazón en la sociedad que tendrá que soportarlos.