MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

HA...MARÍA (?)



Foto aérea de Copacabana.
"Las arrugas de tu cara es la historia de bondad escrita en fino pergamino". (?)

La Azulita, una cinta de carretera y camino transitado por personas que tenían sus casas aferradas a la montaña; eran a la vez un condominio de personas ligadas por la familiaridad.

Está situada detrás del cementerio a pocas cuadras del centro del pueblo. Por algún motivo ancestral, sus ocupantes, cada ocho días desde el viernes, se dejaban arrastrar por los placeres del dios Baco. Amantes a la música bailable. Formaban en uno de los hogares de un momento a otro, un encuentro de parejas que danzaban al compás del disco que giraba como loco en el tocadisco. Aparecía llevado por los hombres, botellas de licor que se iba ingiriendo ávidamente. Alzaban la copa para brindar por los dueños de la casa o por la pareja qué en el centro de la pieza, demostraba las mejores habilidades. Se escuchaban a varias cuadras a la redonda los gritos de alegría mientras se encontraban eufóricos, aún no se había llegado a la etapa del león; que es, cuando los etílicos, nublan la mente. Se pasa del jolgorio a la ira, odio y valentonada. Aquel qué no quería bailar por timidez, se convierte en el pirata Morgan.



Foto: Monografía de Copacabana.
Mujeres y hombres bebían por igual. Las parejas danzantes eran pocas en el salón; se constituían pequeños grupos en la cocina, la sala y las afueras. Se escuchaban voces altisonantes y un grito amenazante. Entre los contertulios se movía como pez en el agua, una pequeña mujer de trapo blanco que ceñía la cabeza a manera de turbante; tez morena y brillante; pies desnudos, ágiles y seguros. Con los rayos del sol relumbraban las peinillas (machete) en manos de un varón, que atrevido, se le enfrentó a la singular dama ¡Comenzaba el zafarrancho! Ésto es para qué aprendas malparido a respetar las mujeres. La afilada hoja del arma pasó cerca de la cabeza cercenando parte de la oreja; chorros de sangre mezclados con olor a licor, carreras en llevar al herido hasta la botica Nueva para que el doctor Correa estancara la hemorragia y...en el lugar de los hechos, la policía sin poder entrar. Mariíta se había atrincherado.

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