Foto: de Internet.
El viejo, qué para el caso, es el padre. Era orgulloso del ancestro campesino de donde provenía y como tal un hombre bueno, recto, cumplidor de las obligaciones, amante hasta el delirio de la familia y religioso, sin llegar al fanatismo.
El viejo, qué para el caso, es el padre. Era orgulloso del ancestro campesino de donde provenía y como tal un hombre bueno, recto, cumplidor de las obligaciones, amante hasta el delirio de la familia y religioso, sin llegar al fanatismo.
En una temporada de diciembre, después de recibir el sueldo y la prima de navidad de su jubilación y de haber comprado los regalos acostumbrados para el hogar, entre los que venían secretamente escondidos los "traídos del Niño Dios", costumbre arraigada por éstos contornos; tomó camino al pueblo a reclamar a don Ramón, el carnicero, el encargo qué le había hecho desde meses atrás. Al verlo llegar los dos hijos salieron al encuentro, acción sagrada, pero se sorprendieron al verlo atareado con un bulto sobre su hombro que le aplastaba el ala del sombrero y por donde manaban unas pequeñas gotas de sangre. Cómo pudo el viejo descargó en el patio interior, cerca de la cocina, aquella incógnita para la madre y los hijos.
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Sudoroso todavía, empezó a desamarrar. Los ojos del grupo se empezaron a desorbitar. Iba sacando como un prestidigitador toda clase de víceras del chancho, que había sido sacrificado para la alimentación de los habitantes del pueblo y qué el viejo compró cómo sí tuviera un negocio y no un pequeño hogar de cuatro personas.
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Se llamó a doña Felisa, vecina que tenía alguna experiencia en esos menesteres. Todos ayudaban a rellenar tripas, a picar cebolla, tomates y ají para hacer chorizos y morcilla. Aquello era la hecatombe. El olor penetró hasta la paredes; por toda la casa, no se veía sino tripas rellenas colgadas en todas partes. ¿Quién podría comer todo y en cuánto tiempo? La solución salomónica del buen e inexperto padre qué, comprendió un poco tarde el error, fue: "repartan a todos los vecinos para que disfruten" ¡Diciembre, no existe si no uno en todo el año!
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