MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 7 de marzo de 2012

EL USURERO DEL PUEBLO.

Puente de Imusa sobre la quebrada Piedras Blancas.
El fin de la vida es adquirir capacidad para morir alegremente. (Fernando Gonzalez)

La usura es tan vieja como la humanidad y como tal, en el Sitio, no podía faltar un espécimen de tan oprobiosa calaña.
Después de quedar casi inválido debido a un accidente en la empresa a la que prestaba sus servicios, vio la manera de hacer rendir el dinero pagado por la compañía en el seguro de vida, a que tenía derecho. Se recorría todo el pueblo a la espera de encontrar una 'presa' fácil; aquella que por algún motivo estaba pasando por una necesidad. Era rápido y elocuente en el trato, esto lo hacía, que la víctima cayera en sus garras. Le prestaba el dinero a un poco menos de la mitad y con un tiempo corto de cubrir la deuda. Muchos para saldar el préstamo, le hipotecaban sus casas, algunas de ellas cayeron en sus garras.
Asistía a cuanta actividad social programada en la municipalidad: reinados de belleza, para adquirir fondos a instituciones que lo necesitaran; bailes que llevaban el mismo fin, sobre todo, los realizados por el Deportes copacabana, para la consecución de uniformes. Arreglos en el templo, ya fuera para las festividades del día de la patrona o, en el tiempo de Semana Santa. Se movía como pez en el agua. Sabía, que ese comportamiento, realzaba la imagen. La gente vería en él, a un hombre lleno de virtud y dedicado al servicio de los demás. 
 Grupo de teatro. Foto Monografía de Copacabana. 
Los fines de semana, empezando desde el viernes, las personas llenaban los establecimientos de cantina. Entraba en ésta; pasaba a la otra, hasta encontrar en alguna de ellas, a un buen grupo de contertulios, donde no podía faltar aquel, a quien el dinero, no le alcanzaba para seguir en la libación; era el momento en que nuestro hombre, se le ponía a sus órdenes: "te presto dinero hasta el viernes próximo y me pagas el doble" y...para colmos, corría taburete y se sentaba a tomarse todo el trago que más podía, hasta salir cómo una cuba.

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