MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 10 de febrero de 2016

LOS ABUELOS

En épocas pasadas, el amor por los abuelos estaba ligado con algo celestial; se veía en esos seres curtidos por el tiempo, de manos temblorosas y rostros cuarteados, el baúl de los ancestros, donde las historias apolilladas, brotaban por encanto a unos rostros de barbas bíblicas o a unas moñas blancas sostenidas por la peineta de carey. Se tocaban con la suavidad con que se acaricia la más tierna de las flores, se colocaban en el pedestal de la admiración cobijándolos con gobelinos de Persia, adquiridos con la imaginación febril de quien ama. Aquellos seres ya habían entregado sus vidas en labrar futuros, sin ahorrar ni siquiera el resplandor de una lágrima. Eran ya, la mejor obra de arte en el museo hogareño.

Descansando los años
Llegar embotado de alegría, al caserón en que permanecían los recuerdos engalanando la alcoba de los patriarcas, con colchas de retazos, cojines de seda, el majestuoso Cristo en el centro de la pared, al otro lado la virgen del Carmen y al frente la Santísima Trinidad, enmarcados en fina madera tallada con hermosos arabescos; cerca del tálamo, el nochero, cómplice de cartas amarillentas, amarradas con suave cinta roja, recuerdo vivo del lejano coqueteo. No faltan los tabacos junto al yesquero heredado de no se sabe cuántas generaciones y, colocadas en orden de milagros, las ambarinas novenas. 






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