MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

OLVIDO


NO ME DEMORO

 Da grima el ver cuantas palabras que se usaban han ido desapareciendo del habla de un pueblo parlanchín, que sí sé les tapa la boca lo hacen por el bolsillo de atrás. Un conciudadano cabizbajo, opacado, aplanado y triste, es un renegado infiltrado, al que se le deba abrir el ojo es síntoma de peligro inminente, ave de mal agüero. Ya casi no se escucha: Acurrucarse (ponerse de rodillas), agallinado (abatito de ánimo), ajualá (vehemencia a que suceda algo), Bastimento (alimento necesario para la familia) Cachar (conversar largo y muy a menudo). Así podríamos seguir hasta la madrugada (da pena porque se tienen que levantar a trabajar), sin acabar. El llamado progreso ha ido dándoles entierro de tercera y un montón de viejitos sentados en muelles poltronas, dizque grandes historiadores, entre copa y copa de vino, van recibiendo cuanta cochinada se vuelve entre el vulgo moda, aceptándolo cómo palabra castiza. El revoltijo del amigo Cervantes allá en lo desconocido, no deja dormir a san Pedro, las once mil vírgenes y cuanto pegajoso se halla colado. Lo triste es, qué esas expresiones, se van desvaneciendo como un arco iris en un pantano de olvido, algunas se salvan porque no falta un loquillo que les da cobijo resembrándola en páginas que llegan a mentes preguntonas e inquisidoras que nos las dejan morir en la indiferencia. ¡Jalar suena tan bueno! 
  



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