MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 26 de octubre de 2016

LAS CARTAS


PIDIENDO MONEDITAS

Se acabó aquel acto que abría el corazón de especulaciones, desapareció de pequeños baúles a que iban a parar los amores sencillos, anhelantes y castos, los pasos no culminan en el intrincado recinto lleno de alambres, pilas y el tintinear del aparato comunicador de telegramas a la espera de una carta que venía de un pueblo, una ciudad o un país allende de las fronteras al que un día había marchado un ser querido. Es difícil olvidar la alegría inmensa del hecho de recibir entre las manos, las líneas de una caligrafía hermosa conque la pluma hería la blancura del papel, se añora irreversiblemente ese temblor que recorría las entrañas al empezar a romper el sobre. La duda asaltaba. ¿Traería en el fondo la noticia que se deseaba? Estaba todo igual a cómo la última misiva en que en reunión de toda la familia, el escrito se celebraba con alegría o llegarían malas noticias. Lo más enternecedor de aquel epistolar transcurrir de antaño, era esperar de la mujer amada el mensaje de que aún se estaba en su corazón, que pasaba horas enteras, divisando el firmamento tratando de ver más allá, que una lágrima se descolgaba al escuchar la melodía que un día los unió; bello y enternecedor era sentir sobre el inmaculado papel, el olor exclusivo de su fragancia. Aquello, era una noche de insomnio, un cabalgar sobre la especulación, un viajar hasta unos brazos morenos para reposar en la soledad. Se fueron las cartas en las manos del cartero de la destrucción del hoy, del recuerdo y el olvido. 
  

  

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