Foto: AMV.
¿Qué nos ha pasado? Se dice desde tiempos remotos " que todo tiempo pasado fue mejor", muchos aceptan con alegría la exclamación; otros, se ríen manifestando que son obsoletos soñadores los que de esta manera piensan y hay algunos que les importa un carajo si fue bueno el ayer comparado con el hoy.
¿Qué nos ha pasado? Se dice desde tiempos remotos " que todo tiempo pasado fue mejor", muchos aceptan con alegría la exclamación; otros, se ríen manifestando que son obsoletos soñadores los que de esta manera piensan y hay algunos que les importa un carajo si fue bueno el ayer comparado con el hoy.
Había comenzado las vacaciones escolares. La mañana que apenas iniciaba estaba llena de frescura, el cielo parecía un inmenso tapete azul. El aire era fresco y no hacía llorar los ojos, no se sentían malos olores. Las puertas de las casas vecinas estaban abiertas de par en par para que por allí entrara todo aquel que lo necesitara. La quebrada de aguas claras se despeñaba desde las verdes montañas por entre cañadulzales, piñuelas, moras, árboles de guayabas, pinos y sauces. Los niños jugaban empleando la imaginación con cometas, trompos, perinolas, carritos de madera y lata, todos corrían detrás de la pelota de caucho; se trepaban a los árboles en procura de naranjas, mangos y mandarinas antes de que cayeran al suelo para pudrirse. Existían mangas por doquier que los invitaban al juego de botellón, "mataculín", pelota envenenada y a apuestas de carrera al que llegara primero a determinado lugar, pero en llegando la voz de los padres hacía que todo acabara y regresaran a casa, todos a una emprendían veloz carrera a cumplir con el mandato.
Foto: AMV.
No se veía por las calles niños tirados en el suelo llenos de frustración, sólo se veían caras felices esperando con anhelo el amanecer de un nuevo día. La "droga" que los motivaba a derrochar energía e irradiar felicidad, estaba en que vivían en hogares llenos de amor y respeto, que ellos aprendía para depositar en el mañana. Eran auténticos de conciencia, de retos, de amor. Soñadores, respetuosos y felices. En una palabra: ¡Eran niños! Niños del ayer. ¿Será qué hoy se puede decir lo mismo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario