MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 10 de octubre de 2012

EL PASADO COLGADO.

Cuadro de la Santísima Trinidad antiguo.

"Por muy larga que sea la tormenta, el sol vuelve a brillar entre las nubes" (Khalil Gibran).

Los que apenas nacen, también tendrán su pasado. Cuando se llena de años hermosos o sea, se llega a la vejez, es el tiempo inexorable de recuerdos. La mente no se puede estar quieta, costantemente emprende viajes de añoranza. No es el presente un enemigo, él, está inundado de cosas magníficas para ser aprovechadas; igualmente, cercena implacablemente los paisajes de buenas costumbres, al llenarlo de 'derechos', tirando por la borda todo aquello que suene a obligación. El ayer transcurría en calma, pues la vida no era agitada; no podía serlo, los habitantes éramos menos; la tierra, daba lo necesario para alimentar la población. Los hijos tenían padres; los esposos no entendían de psicología, eran expertos en dar buen ejemplo, seguramente la mejor forma de constituir un hogar; la huella no se perdía, hacía explosión más allá...Cuando la mujer quedaba en embarazo se acrecentaba el instinto maternal, era un paisaje divino; la criatura esperada con amor, se sentía cómoda en el vientre, entendía que no llegaría a un mundo de rechazo. Hoy, a lo que se llamaba sumisión, le dan el nombre de estupidez, falta de 'libertad' y otras expresiones ambiguas para nombrar el libertinaje y la degradación.
Mulera de arriero para descargar las mulas.

Los que aman el pasado, se convirtieron en coleccionistas del ayer. Prendas, herramientas, cuadros, fotos, libros, cartas y cuanto objeto, fue fiel por veredas, caminos, hogares y en el alma. El mayor deseo, es dejar en quienes son el presente y futuro de la estirpe, muestras de lo que ocupó lugar en el corazón de los que partieron o, a los que están próximo a hacerlo. Las paredes de las piezas se convierten en museos colgados sin ninguna técnica u orden específico. En cada objeto puesto, se siente el transcurrir de una época y de una vida. Quedan aferrados a los clavos que los adhieren: amores, olor sublime de padres, juegos sencillos e imaginativos, fotos que plasmaron los inicios del hoy, la humildad y decoro de las gentes, vajillas toteadas por el uso en el comedor donde una familia se reunía, para masticar calma, serenidad y paz. Esa habitación que podría llamarse " LA PIEZA DE LOS ABUELOS ", se convierte en el rincón de la melancolía recostada a la silla mecedora en que la abuela, daba la última puntada de croché en la colcha de retazos, sin esperar que el gato le enredara el hilo o las futuras generaciones la olvidaran.

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