MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 12 de agosto de 2015

REMINISCENCIAS


Anturio

No existe forma alguna, el evitar las evocaciones, aunque sobre sí, haya caído todo el peso de los años y la curva descendente vaya mostrando que el final, no anda tan lejos; es perceptible en cada paso, en la atiborrada medicación, al enclaustrarse mental y físicamente buscando en la pasividad del silencio y el murmullo del recuerdo, la esperanza de poder adentrarse en las épocas de brillantez, adormilarse en los brazos vacíos de amores furtivos y reclinar el cansancio sobre rocas históricas en que descansan los seres queridos. Las remembranzas son traídas por el viento desde los confines, montadas en caballos voladores que desaparecen al soplo de la realidad y de la lágrima imposible de atajar. Añorar, se vuelve el juego rutinario distractor de soledades, reproches, incomprensión y hastío. Es la entretención compulsiva de la ancianidad en el derrotero al faltante de la vitalidad; placebo mentiroso que apacienta el tormento de la decrepitud.
Las reminiscencias, hacen posible deshacer la telaraña del olvido, revivir el pasado. Sin esfuerzo, se camina por el ayer cómo por un tapete purpurino, deslizándose con la suavidad del viento por entre la felicidad cronológica de lo acaecido. Es una actitud suprema de la imaginación que permite otear desde la atalaya de los años, el divagar por la existencia, correteando con la placidez del antílope.   

Belleza en casa

Ese permitirse volver a avizorar lo acaecido, es una forma deliciosa de encontrar nuevamente a los seres queridos; es sentir el aroma de viejos amores y acariciar los cabellos desordenados por la brisa, sentarse a la mesa en compañía de los patriarcas a degustar el pan, experiencias, honorabilidad y amores suculentos. Es ese sentir, de nuevas amistades nacidas en el remolino de las travesuras, selladas para siempre, con el tatuaje de la fraternidad. Es, el vagabundear por los campos verdes arados por las manos encallecidas, de campesinos honestos, sentir el dulzor del trapiche en noches de molienda y el caminar las noches de luna buscando la luz de las luciérnagas.               

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