MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 9 de marzo de 2016

TODO SE ESCUCHABA

Una plaza inmensa adornada con arbustos, tres monumentos infaltables en los pueblos de Antioquia: fontana, busto de Bolívar y el de la madre; más el cielo se veía tocado por la palmera majestuosa y danzante al soplo del aire encasillado entre las cordilleras, que pasaba raudo dejando en el ser una refrescante caricia. Sólo los domingos y días festivos se veía atosigada de personas que concurrían al mercado después de salir de misa, bestias aferradas a la ventanas y campesinos abrigados por la ruana, sombrero, carriel y peinilla.

Descansando con armonía

En la semana todo el marco y las calles, eran el disfrute para meditación, las aves se posaban sin temor; se escuchaba claramente el latir del corazón, el murmullo del circular de la sangre por el intrincado viaducto de las venas y hasta el beso cariñoso de la madre, al despedir el hijo que iba para la escuela, se escuchaba desde la elevada torre del campanario de la iglesia. Nada perturbaba la quietud de aquel poblado que llegó a ser conquistador de nuevos territorios, cuna de una sociedad tranquila pasteadora de ganado, amante de buenas cabalgaduras, arquitectos de labrantíos en las empinadas montañas, cuna de hombres sinceros, hogareños, amantes de prolongada prole alimentados con mazamorra, frisoles y arepa, entregados uno a uno a la majestad de Dios. 

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