MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 1 de junio de 2016

VAPOR


Despuntando el día

VAPOR
Pareciera que hubiera sido destinado para la vaquería. Tenía su hogar a una cuadra bajando del puente de IMUSA y a otra cuadra antes de llegar a la desembocadura de la quebrada Piedras Blancas. Era un perro de gran alzada, contextura maciza, pelaje de un color rojizo, criado a sus anchas, el amo de apellido Mesa, carnicero de oficio, lo mantenía bien alimentado con desperdicios que quedaban del descuartizamiento de la res. Hay cosas que no dejan de ser extrañas en el comportamiento de los seres vivos. El amo de Vapor, se paseaba por las afueras de Copacabana, en busca de requiebros amorosos, en principio a pie limpio, cambiando por cubrirlos por sandalias de un cuero duro, quizás, con el deseo de aparentar ante la ingenua nueva Dulcinea. De tantas escapadas, se decía, que habían quedado varios retoños; de la misma manera de actuar, salió el can. Se le encontraba por todas partes en busca de hermosas hembras en celo y fueron muchas las camadas que quedaron cuidando casas ajenas.
Los miércoles, salían los carniceros hasta la feria de ganados de Medellín, a comprar el mejor novillo, para sacar con orgullo sus carnes en los toldos blancos, los domingos en un costado de la plaza principal. Hasta ahí, todo anda muy bien, pero en el recorrido desde la capital hasta el Sitio y lo curioso, era que en las puertas del poblado, los animales empezaba una estampida, desparramándose por calles, veredas y matorrales; era aquello, la alegría de los chicos que salían de las escuelas, temor de las solteronas que no se perdían repique de campana y tristeza de las amas de casa, porque sabían que aquella semana era probable la descomposición de la carne. El suceso, se prestaba para que de los vagos, salieran imitadores de toreros, usando como capote la camisa sudada. Era el momento en que entraba Vapor y con un don innato, iba recogiendo a cada res dispersada; era todo un espectáculo ver al sabueso buscar por cuanto rincón de la comarca, una a una las rumiantes.     
      


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