MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

YA ES TIEMPO DE REGRESAR




Se ha caminado irreverentemente por senderos que conducen a la desestabilización familiar y, sin ésta, se llega al caos. Los hogares, no son hoy el refugio de la ternura, es el sitio de la soledad. Se traen hijos, por equivocación, por olvido de tomarse la pastilla anticonceptiva o por mera curiosidad; cuando esto sucede, la criatura lo que menos trae, es la felicidad. Siempre será visto cómo quien limitó el espacio rumbero de los padres. El niño crece sintiéndose el culpable y opta por la rebeldía, el consumo de drogas para vengarse del desamparo. No es un mundo liberado por los ‘derechos’, es un cardumen de irresponsabilidades, de las que se debe salir antes de que la oscuridad lo cubra todo.
Lo único que no tiene reversa, es un avión en pleno vuelo. Se debe regresar a las sanas costumbres; a la formación de hogares alimentados por el amor y no por el sexo. A enseñar NORMAS a los hijos desde el nacimiento, a limitar el libertinaje de los padres y la alcahuetería de los abuelos. Es una mera conciencia colectiva.

Dar inicio a cualquier actividad, es encontrar mil dificultades que atentan contra la paz interior; se lucha con monstruos mitológicos dormidos al amparo de nuestra voluntad y raciocinio. Cuando me involucré en escribir el pasado vivido en la pasividad de la antañona Copacabana, pensaba extraer de aquel conglomerado pacífico y señorial, los mejores momentos cuando la vitalidad brotaba en forma de lava volcánica por los poros. No quería pasar por alto, tantísimas vivencias disfrutadas por calles empedradas, por verdes campos, juegos sencillos e inocentes, conductores de felicidad y amistades perdurables en el recuerdo; pasar miradas retroactivas sobre los caserones de portones amplios, ventanas diseñadas para los enamorados, puertas “falsas” para que el ganado encontrara el descanso; entrar, para observar el equipaje de los ancestros, atados por las cuentas del rosario de la abuela, escuchar tras bambalinas, los consejos del patriarca pletóricos de sabiduría, que sin pretenderlo, arropaban el alma; buscar de manera sencilla, reactivar la historia, no permitiendo que el olvido se apropie con sus sombras de las añoranzas, remedio efectivo revitalizador para la carga de los años.

Alberto 


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