ESTRAGOS
Por la década del 60, empezó un cambio
en las costumbres sencillas y normativas. Brincaron cómo de un sombrero de
audaz mago; las damas que querían orinar paradas (la liberación femenina),
cansadas tal vez del estilo antiguo; llegaron por montones, los derechos y se
arrojaron a la cuneta de lo inservible a las normas. Los que más le han sacado
provecho a la circunstancia son los niños y las niñas. ¿Estoy embarazada y…qué?
El padre agacha la cabeza y mentalmente ve al nieto rodando de mano en mano. Es
un niño, que aseguró su destino. Es el próximo delincuente que hará encerrar a
los vecinos del barrio o les mostrará el camino que deben tomar a la orden de
desalojo. ‘Hogares’ vacíos de amor y respeto, salieron también del sombrero. La
familia, entró en estado de coma, su debilidad demuestra que empeora y la
muerte espera a la convivencia.
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