Copacabana Antioquia Colombia.
"El hombre de bien exige todo de sí mismo; el hombre mediocre espera todo de los otros". (Confucio).
"El hombre de bien exige todo de sí mismo; el hombre mediocre espera todo de los otros". (Confucio).
La madre naturaleza (tan fregadita ella), incorporó bellas y grandes montañas a aquel lugar. Sus tejados enmohecidos por el tiempo y copados de historia se divisaban desde las alturas. Todo pueblo que se respete tiene su leyenda que es arrullada desde la cuna de los niños, que crecen maravillados por los relatos de los viejos que de tabaco en boca la narran con vehemencia. En un monte hacia el norte, que parte el valle para dar paso al río, nace la historia que a los habitantes, en especial a los niños, mantiene en vilo y que expectantes, quisieran descubrir la realidad. La historia oral viene de generación en generación y muchos han llegado a comentar que ellos han visto con sus propios ojos, pero que la aparición les hizo perder el conocimiento y no recuerdan qué pasó después.
Foto de Internet.
El caso es: Que hace muchísimos años, alguien que merodeaba por el lugar en busca de leña para el fogón, de una piedra medio tapada por la maleza, salió una gallina con sus pollitos, cuando nuestro hombre miró el nido, encontró para su asombro unos huevos de oro, que al querer cogerlos, éstos desaparecieron. Se comenta, qué sólo logrará hacerlos suyos aquella persona limpia de corazón, que no posea envidia, ni egoísmo y ame a los más necesitados. ¿Será qué, el mundo es tan malo, que hasta el presente, la gallina sigue merodeando con sus hijos por la cima del Ancón y los huevos de oro en el sitio en que los vieron por primera vez? Se ha dicho que son muchos los que se han embarcado en la aventura y no encontraron nada, sólo el cansancio de la subida hasta la cima o el "guayabo" dejado por la ingesta de "tapetusa" (licor de contrabando), destilado en la región.
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