MÚSICA COLOMBIANA

ASÍ ESTAREMOS HOY.

jueves, 3 de mayo de 2018

LO QUE SE VE


LA CASA DE MI PAPÁ

Seguro, la lombriz, había salido a explorar la noche anterior, perdió el equilibrio y ya no pudo regresar a su túnel. Batalló por sobrevivir, hasta fallecer.
Había comenzado a aclarar el día. La hormiga, sintió en el llamado de sus antenas, olor a comida, lo mismo que la dirección; llegó hasta el lugar exacto. Se asombró al ver el tamaño de la presa; sus fuerzas, no eran lo suficientes para cargar aquel apetitoso plato. ¿Qué hacer? Se fue comunicando con sus congéneres, quienes al llamado, fueron llegando uno a uno, hasta formar abigarrada multitud.
Cada una de las obreras, recibía de la reina, la orden para empezar unidas el fatigante trabajo de cargar encima del ‘hombro’, el majar que llevarían por entre las hendijas en donde estaban radicadas, desde que partieron del patio posterior, por desalojo con agua hirviente de que fueron objeto.
Se fueron acomodando una tras otra, debajo del invertebrado,  esperando el mandato de alzar. 1, 2 y tres. La lombriz se empezó a mover cargada por la fuerza de la unidad. El recorrido era extenso y fatigante, pero era necesario hacerlo. Por días no faltaría alimento en la despensa y el hambre no las acosaría.
¡Mundo pequeño irradiador de sabiduría! 
“Manque” parezca raro, al ser humano, le quedó grande el accionar dentro de la comunidad. Es ‘cusumbosolo’, ‘echado patrás’, egoísta, mentiroso, fanfarrón y otras bobaditas de memoria genética, que lo hacen diferente a la comuna de pequeños seres, mirados indiferentemente por encima del hombro. “Ai tá pes”, el meollo; no sabemos agruparnos y menos compartir. El sufrimiento, la necesidad ajena, nos importa un ‘bledo’; cada uno se precia el ‘buenavida’ de la creación, cuando solo somos unos ‘calzonsingentes’ y nada más.

Alberto.


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